Con su perdida no solo se pierde a un buen cofrade, se pierde a toda una generación de fundadores a la que la Cofradía de Penitentes de la Misericordia estará siempre muy agradecida y muy orgullosa de ellos, sin esa idea que ellos tuvieron en 1952, nosotros no tendriamos este sentimiento cofrade que nos inunda, muchas gracias.
Desde aquí nuestras condolencias a la familia, q.e.p.d.
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